Ya ha pasado un tiempo desde la muerte en las playas de Turquia del niño sirio Aylan Kurdi y , siguen muriendo niños , mujeres y hombres en las costas de Turquía y de Gracia. Siguen muriendo niños en las mismas costa y sigue el problema, sigue la guerra, sigue el doble racero del capitalismo en la protección a los emigrantes, hacen las guerras y después dicen que le importa el drama humano de los emigrantes pero no trabajan para solucionar las guerras. las guerras debieran deternerse. Los hombre debieran conversar, no haber armantismo, no haber imperios que alienten las ventas de armas.
En un sitio en Cuba ha aparecido esta hermosa carta a un joven sirio. Por lo hermosa y humana la pongo.
Gracias mi Cuba linda.
Mi carta a un joven sirio
A la memoria de Aylan Kurdi
Amigo:
No voy a hablarte de política, ni siquiera te diré por
qué apoyo a tu Presidente Bashar al-Asad, quiero invitarte a venir a mi
casa, a que te “refugies” en una casa de campo en Cuba, para que no
tengas que lanzarte al mar Egeo y correr el riesgo de morir en una playa
turca. Solo debes traer contigo la disposición de darle espacio a una
cultura muy diferente a la tuya.
La mía es un casa de campo modesta, entre lomas y
trillos -la carretera queda un poco lejos- pero allí estarás rodeado de
gente buena y alegre que te brindará café en las mañanas, que
compartirán contigo lo mismo guarapo de caña, yuca con mojo, arroz
blanco y potaje de frijoles negros, una buena ayaca o un vaso de
caldoza. Gente trabajadora que lo mismo te hablará de la necesidad de
poner fin al bloqueo económico que EE.UU ha impuesto a Cuba, lo mala que
está la “cosa”, de la guerra civil en tu país, del genocidio en Gaza,
del estado del tiempo, de los deportes…en fin.
Allí encontrarás a mis padres, prestos a quererte y a
continuar educándote. Ellos te inculcarán valores como a sus propios
hijos: mi hermano de 21 años y esta servidora, de 25. Pero también, sin
miramientos, te darán un tirón de orejas cuando consideren lo merezcas.
Mi mamá, ama de casa, te hablará de escritores, poetas,
política, de América Latina, de la Revolución Cubana. Mi padre, un
obrero, te contará cómo de pequeño tuvo que trabajar para ayudar a mi
abuelo a mantener a sus 10 hermanos. Intentará convencerte de los
beneficios de labrar la tierra y te enseñará tantas décimas campesinas
como a mí. Te hará levantar todos los domingos para que le acompañes a
su campito, a años luz de la casa. Con él comprenderás que la pobreza
pasa, pero la deshonra, no.
Me tendrás a mí para conversar sobre lo que desees; para
las charlas larguísimas convenciéndote de que la visión cubana del
mundo es la más acertada; para llevarte los fines de semana a la feria
del pueblo, ver televisión en casa, visitar amigos ¡y luchar con el
transporte público!, ir de campismo y de vez en vez, cuando el
presupuesto lo permita, ir a bailar y a tomar cerveza. Quizás, hasta te
sorprenda el amor por estos lares.
Nos tendrás a todos para apoyarte (a pesar de las
barreras del idioma, la religión, las costumbres), buscaremos juntos la
manera de que estudies o encuentres un oficio y te vayas formando como
un hombre que sirva para vivir…y soñarás y lucharás por esos sueños.
Regresarás a casa sintiendo el deber de ayudar a los tuyos.
Esta es mi humilde propuesta: vente a Cuba, a una casa
sencilla con gente sencilla, que aprendió de Martí la necesidad de creer
en la utilidad de la virtud y en el mejoramiento humano. Quiero darte
la posibilidad de conocer a Cuba, a la verdadera, la que todos se llevan
en el corazón al despedirse de ella y los hace suspirar mientras
piensan en volver tan pronto como sea posible.
Estoy segura de que cuando el conflicto en tu país
termine y decidas partir de mi rincón, no podrás desprenderte de tantas
experiencias maravillosas, habrás crecido como ser humano y estarás
decidido a luchar por construir en tu Patria una sociedad mejor.
Ven, llégate a la mayor de Las Antillas, al lugar de
hombres y mujeres sinceros, a ese pedacito de la geografía donde crecen
las palmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario